La mayoría de héroes que conocemos son seres extraordinarios con poderes mágicos y una capa ondeando en sus hombros. Pero también existen héroes de carne y hueso, tan humanos como tú y como yo, que algunas veces se equivocan y otras aciertan a lo grande.
A lo largo de su vida, Maria Montessori no solo luchó por que todos los niños pudiesen aprender, sino que además defendió que la educación era la mejor arma para eliminar las diferencias sociales. Tras convertirse en la primera médica de Italia, decidió dedicarse a su auténtica vocación, la enseñanza. Al cabo de unos años, logró desarrollar un nuevo método educativo para que las escuelas se convirtieran en lugares pensados para los niños, donde pudiesen aprender y experimentar mediante juegos.
Desde muy joven entendí que lo mejor para que un niño aprenda es dedicarle atención, cuidados y dejarle experimentar. Solo se aprenden las cosas que se prueban. Tras muchos esfuerzos y estudios, creé un método de enseñanza para hacer de las escuelas un lugar pensado para los niños; un lugar donde pudieran descubrir el mundo jugando y divirtiéndose, a su manera.
Han pasado más de cien años desde que fundé la primera Casa de los Niños. Hoy en día hay más de 22 000 escuelas Montessori en todo el mundo, y muchas otras que se inspiran en el método que inventé. Me llena de felicidad haber contribuido a mejorar la educación de los niños, porque no hay nada más importante para construir un mundo mejor. Los niños sois el futuro.
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